De alquileres, leyes y proyectos
La necesidad de mejorar la accesibilidad a la vivienda y la calidad habitacional es algo que no merece discusión y una cuenta pendiente desde hace tiempo para una amplia franja de los ciudadanos del país. La importancia del asunto amerita el ser tratado con sumo respeto y responsabilidad por todos los que tienen injerencia en el tema, pero sobre todo por aquellos que deben representar al interés común de todos los ciudadanos.
La accesibilidad a la vivienda es un tema que no debe ser ajeno a todo legislador o funcionario público que se precie. Toda iniciativa seria y responsable que se asuma en este sentido amerita ser claramente conocida, debatida y mejorada mediante el aporte de todos aquellos que puedan y quieran hacerlo con honestidad y racionalidad.
Últimamente ha tomado difusión un proyecto de ley presentado en la Cámara Alta del Poder Legislativo de la Nación mediante el cual se promueve un régimen de locación de alquileres que modifique al actual creando una superestructura estatal con asignación de los recursos necesarios por parte del estado nacional para construir 10 millones de m2. anuales, lo que a precios de mercado redundaría en una suma equivalente a los 10 mil millones de dólares.
Más allá de lo problemático que resulte la obtención genuina de estos recursos en las actuales circunstancias, el proyecto carece de toda fundamentación técnica, imprescindible para cualquier análisis serio.
Las buenas intenciones y los deseos de mejorar la accesibilidad a la vivienda para todo aquel que persiga ese interés es valorable, pero si atrás de ello se escudan otros intereses o un desconocimiento absoluto no sólo de la realidad sino de las propias cuestiones legales que la legislatura debería ser la primera en cuidar y mejorar resulta cuando menos irresponsable y poco digno de interés, consideración y respeto de parte de los ciudadanos.
En el siguiente link, Ud. puede acceder al proyecto mencionado y así juzgar su racionalidad y las consecuencias de la aplicación de sus propuestas. Ud. podrá, así, formarse su propia opinión apelando libremente a su juicio de valor. La nuestra es, cuando menos, pretender un mayor respeto intelectual por parte de nuestros representantes e iniciativas concretas que valgan la pena ser tomadas con seriedad.
